Cada vez más mujeres en España atraviesan la fase del climaterio, un periodo caracterizado por diversos cambios hormonales que a menudo incluyen molestias como los sofocos. Estos episodios de acaloramiento, que pueden ocurrir de manera repentina y a menudo interrumpen el sueño en forma de sudores nocturnos, son uno de los síntomas más comunes asociados a la menopausia. Según especialistas, los sofocos están vinculados a una alteración en la regulación de la temperatura corporal, provocada por una disminución de los estrógenos durante la transición hacia la menopausia.
Para mitigar estos síntomas, se recomienda adoptar hábitos saludables, como la práctica regular de ejercicio físico, que no solo mejora el bienestar general, sino que también contribuye a disminuir la frecuencia e intensidad de los sofocos. Además, técnicas como la meditación pueden resultar efectivas, al ayudar a reducir el estrés y la ansiedad, factores que pueden agravar estas sensaciones. Sin embargo, cuando los sofocos son persistentes y afectan significativamente la calidad de vida, se aconseja buscar atención médica para explorar opciones terapéuticas, que puedan incluir tratamientos hormonales o suplementos, adaptándose a las necesidades individuales de cada mujer.
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