El papa Francisco permanece hospitalizado en el hospital Gemelli de Roma debido a una compleja infección polimicrobiana que afecta su tracto respiratorio. Según un comunicado emitido por el Vaticano, los exámenes recientes han revelado este diagnóstico, lo que ha llevado a un ajuste en su tratamiento médico. Aunque no se trata de un agravamiento de su estado, los médicos han determinado que la condición del pontífice argentino requiere hospitalización adecuada, sin que por el momento exista una fecha prevista para su alta. Matteo Bruni, portavoz del Vaticano, ha indicado que el papa está de buen humor, pese a los desafíos que presenta su situación clínica.
Las infecciones polimicrobianas, que involucran múltiples microorganismos, pueden ser particularmente complicadas debido a su resistencia a tratamientos convencionales. En el caso del papa Francisco, de 88 años, esta situación es especialmente preocupante debido a su historial de problemas respiratorios, que incluye una cirugía pulmonar en su juventud. La edad avanzada y su historial médico aumentan el riesgo de complicaciones, como insuficiencia respiratoria o sepsis, lo cual podría prolongar su recuperación y requerir un seguimiento médico exhaustivo. Este contexto subraya la importancia de una atención especializada continua para el líder de la Iglesia Católica.
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