Cada verano, las dudas sobre el uso adecuado de protectores solares resurgen, siendo una de las más comunes la creencia de que un SPF alto impide broncearse. Sin embargo, dermatólogos aclaran que esta afirmación es incorrecta. Un factor de protección solar elevado está diseñado para proteger la piel de los daños causados por los rayos ultravioleta, no para evitar el bronceado. De hecho, el uso correcto de un protector solar permite obtener un bronceado más saludable al reducir el riesgo de quemaduras y, a largo plazo, el envejecimiento prematuro y el cáncer de piel.
Los dermatólogos insisten en la necesidad de aplicar adecuadamente el protector solar, independientemente de su SPF, para maximizar su eficacia. Esto implica aplicarlo en cantidad generosa y de forma uniforme, al menos 30 minutos antes de la exposición al sol, y volver a aplicarlo cada dos horas o tras nadar o sudar. La educación en el uso del protector solar continúa siendo fundamental para desmantelar mitos y proteger la salud de la piel durante los meses de verano.
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