Rusia ha intensificado la producción de aparatos no tripulados en un esfuerzo estratégico por minar la moral de la población civil en Ucrania, según recientes informes. Fuentes cercanas al conflicto señalan que el despliegue de estos drones tiene como objetivo generar un impacto psicológico significativo en la población ucraniana. Esta táctica incluye el uso de dispositivos tanto para misiones de reconocimiento como de ataque, aumentando las preocupaciones sobre la seguridad y el bienestar de los civiles en las áreas más afectadas por el conflicto.
Paralelamente, las autoridades ucranianas han expresado su alarma ante el incremento de estas operaciones, indicando que el uso intensivo de tecnología no tripulada por parte de Rusia busca desestabilizar los esfuerzos de resistencia y socavar el espíritu de lucha del país. En respuesta, el gobierno ucraniano está tratando de fortalecer sus sistemas de defensa y desarrollar contramedidas efectivas para enfrentar esta nueva ola de ataques, que representan no solo un desafío militar, sino también una prueba de resiliencia para la población civil.
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