En las inmediaciones de la sede del PSOE en Ferraz, agentes de las Unidades de Intervención Policial (UIP) han intervenido contra un grupo de manifestantes que protestaban contra la política del Gobierno, al cumplirse un año de las concentraciones opuestas a la ley de amnistía en el mismo lugar. La situación se tornó tensa cuando los manifestantes intentaron derribar las vallas que bloqueaban el acceso al edificio, quemaron contenedores y lanzaron objetos a los agentes, lo que llevó a la policía a utilizar pelotas de goma para dispersarlos por las calles adyacentes de Marqués de Urquijo y Pintor Rosales. La Delegación del Gobierno en Madrid informó que unas 2.000 personas participaron en la protesta.
El PSOE condenó la denominada «marcha negra», señalando la presencia de «gritos fascistas» y «saludos nazis» de manifestantes que describieron como «neofranquistas encapuchados». Desde el partido, se subrayó el compromiso de enfrentar con determinación cualquier avance del fascismo, instando al Partido Popular y a su líder, Alberto Núñez Feijóo, a mostrar una postura contundente contra estos actos. El PSOE enfatizó que no es solo un ataque al partido, sino a la democracia en sí misma, y recordó la importancia de que todos los partidos democráticos actúen con firmeza para combatir la ultraderecha. En contraste, en Valencia, la Delegación del Gobierno permitió que manifestantes alcanzaran las puertas del Palau de la Generalitat sin medidas de contención similares, evidenciando diferencias en la gestión de este tipo de protestas.
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