La demanda energética de los centros de datos en Estados Unidos podría multiplicarse por cinco para el año 2035, alcanzando un asombroso total de 176 GW, según un reciente informe de Deloitte. Este incremento se ve impulsado por el auge de la inteligencia artificial, que está transformando no solo el diseño y construcción de estas instalaciones, sino también su consumo eléctrico. En este contexto, la energía nuclear aparece como una solución viable para garantizar un suministro eléctrico fiable, limpio y constante.
La energía nuclear ofrece ventajas significativas frente a fuentes más tradicionales como el gas y las renovables. Su capacidad para operar de manera continua con un factor del 92.5% la convierte en una opción eficiente. Además, su alta densidad energética implica que una pequeña cantidad de combustible puede generar grandes cantidades de electricidad, optimizando recursos logísticos y espacio físico. Estas plantas son escalables y emiten cero gases de efecto invernadero durante su operación, lo que refuerza su atractivo en términos de sostenibilidad.
Una innovación prometedora dentro del sector nuclear son los reactores modulares pequeños (SMR), que pueden ser ensamblados en fábrica y desplegados rápidamente en ubicaciones estratégicas. Ofrecen menor inversión inicial y tiempos de construcción reducidos, además de flexibilidad de ubicación y un mejorado perfil de seguridad con diseños subterráneos y sistemas pasivos.
No obstante, el despliegue de la energía nuclear enfrenta importantes retos. Los altos costos iniciales, la gestión ineficaz de residuos y la dependencia de uranio enriquecido extranjero son algunos de los principales obstáculos. Asimismo, se anticipa un déficit en la fuerza laboral, ya que se necesitará cuadruplicar el número de trabajadores para 2050.
Para superar estos desafíos, el informe de Deloitte sugiere reutilizar emplazamientos de centrales cerradas, implementar estímulos financieros y desarrollar alianzas intersectoriales para promover la investigación y aceptación social. La energía nuclear, especialmente a través de los SMRs, tiene el potencial de convertirse en un pilar fundamental para sustentar la infraestructura digital del siglo XXI.
En definitiva, el futuro de los centros de datos se perfila no solo en términos de expansión, sino también de cómo serán energéticamente sostenibles. La respuesta a este desafío energético podría encontrarse, en gran medida, en la energía nuclear.
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