Las acciones de la compañía eléctrica sufren una caída del 6% al inicio de la sesión del mercado, originando preocupación entre los inversores. Este descenso se produce en medio de la incertidumbre generada por un reciente apagón, que ha acaparado la atención mediática y levantado cuestionamientos sobre la gestión de la empresa. Sin embargo, la dirección de la compañía ha decidido no realizar provisiones económicas para abordar las consecuencias del incidente, lo que ha sido interpretado de diversas maneras por los analistas financieros.
A pesar de la volatilidad en su valor bursátil, la empresa ha reiterado su compromiso con el plan estratégico establecido hasta 2025. Este plan incluye una serie de inversiones y proyectos centrados en la expansión y modernización de su infraestructura eléctrica. La compañía se mantiene optimista respecto a alcanzar sus objetivos de crecimiento y rentabilidad a largo plazo, confiando en que las medidas implementadas serán suficientes para mitigar los riesgos asociados y fortalecer su posición en el sector energético.
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