A poco más de tres semanas para las elecciones del 5 de noviembre en Estados Unidos, la candidata demócrata Kamala Harris enfrenta un desafío persistente: consolidar el apoyo entre los votantes latinos, un grupo clave en los comicios. Aunque cuenta con el respaldo del 56% de este electorado, una ventaja de 19 puntos sobre Donald Trump, estos números palidecen en comparación con el apoyo que su partido recibió en años anteriores. En 2020, el entonces candidato Joe Biden obtuvo un 62% del voto latino, y Hillary Clinton incluso logró un 68% en 2016. La tendencia refleja una disminución en el margen de apoyo que los demócratas solían obtener entre los latinos, lo que genera preocupación dentro de la campaña de Harris.
Mientras tanto, el expresidente Trump mantiene su presencia entre los latinos, especialmente entre los hombres, a pesar de sus políticas antiinmigrantes. Según una encuesta del New York Times y Siena, algunas de las posturas más estrictas de Trump sobre inmigración son apoyadas por una parte sorprendente del electorado hispano, incluido un 9% de los votantes que planean apoyar a Harris. A medida que la economía surge como la principal preocupación de los votantes latinos, seguida por el derecho al aborto y la inmigración, ambos partidos intensifican esfuerzos para cortejar a este grupo demográfico. Sin embargo, con casi una cuarta parte de los votantes latinos aún indecisos o abiertos a cambiar su decisión, el resultado final se mantiene incierto en esta fase decisiva de la campaña.
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