A partir de octubre de 2025, los bancos de la zona euro deberán realizar transferencias en euros en menos de 10 segundos, disponibles las 24 horas del día, los 7 días de la semana, durante todo el año. Esta nueva normativa busca incrementar la eficiencia y seguridad en el ámbito financiero, con importantes cambios para los usuarios y las entidades.
Uno de los aspectos más destacados es que el costo de las transferencias instantáneas no podrá superar al de las transferencias ordinarias. Esto asegura que, si un usuario disfruta de transferencias gratuitas en su cuenta, las instantáneas también lo serán. Además, se implementará un sistema de verificación de coincidencia entre el nombre del beneficiario y el IBAN antes de autorizar el pago, lo que apunta a reducir errores y evitar fraudes.
Este cambio, que se implantará por fases, establece obligaciones diferentes para los Proveedores de Servicios de Pago (PSP) dentro de la zona euro y para aquellos del resto de la Unión Europea. Para los PSP de la zona euro, la recepción de transferencias instantáneas será obligatoria desde enero de 2025, mientras que la emisión de las mismas lo será desde octubre de 2025. En cuanto a la paridad de precio y la verificación nombre-IBAN, ambas serán obligatorias a partir de enero y octubre de 2025 respectivamente.
Para los PSP fuera de la zona euro, los requisitos de recepción y emisión de transferencias instantáneas se iniciarán en enero y julio de 2027, respectivamente. Asimismo, la paridad de precios y la verificación nombre-IBAN se implementarán en las mismas fechas.
Esta normativa no solo busca mejorar la experiencia del usuario, sino también abrir un abanico de oportunidades para las entidades financieras. La tecnología será fundamental, necessitando alta disponibilidad y capacidad de liquidación casi en tiempo real. Las entidades también tendrán la posibilidad de monetizar servicios anexos relacionados con la operativa instantánea.
A nivel empresarial, estos cambios prometen mejorar la gestión de la liquidez y la conciliación contable, permitiendo operaciones más fluidas y eficientes. Además, la introducción de procedimientos de doble autorización ayudará a mitigar los riesgos operativos en grandes transacciones.
En resumen, este cambio regulatorio representa una oportunidad para transformar el ecosistema financiero, promoviendo una infraestructura de pagos más rápida, segura y eficiente, lo que beneficia tanto a consumidores como a empresas y bancos.


