Miles de personas se congregaron en Madrid para manifestarse en defensa del lobo ibérico, reclamando su protección bajo el lema “Lobo vivo y protegido”. La marcha fue convocada por unas 200 organizaciones, y reunió a entre 1.500 y 10.000 asistentes, según diversas fuentes. Durante el evento, se exigió el cese inmediato de las batidas de lobos y se denunció lo que consideran un retroceso en la conservación de esta especie crucial para los ecosistemas. Este cambio vino tras una enmienda que permitió la caza al norte del Duero, revocando la protección nacional conseguida en 2021. Entre los manifestantes destacaron figuras políticas y líderes de partidos, quienes criticaron la maniobra que permitió reanudar la caza del lobo, calificándola como un «atentado ecológico».
Los organizadores destacaron que las recientes acciones judiciales y colectas son parte de un esfuerzo más amplio para asegurar la protección del lobo y promover su conservación. Se instó a las autoridades a implementar planes basados en la ciencia para evitar la caza furtiva y el envenenamiento, y se pidió el regreso del lobo al Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial. La manifestación también buscó concienciar al público sobre la importancia del lobo en el equilibrio de los ecosistemas y desmentir mitos perjudiciales sobre la especie. Las demandas se centraron en adoptar políticas de conservación y coexistencia en lugar de volver a prácticas de caza que, según las organizaciones, amenazan la biodiversidad y el equilibrio ambiental.
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