El programa de televisión «La familia de la tele», que prometía revolucionar las tardes de Televisión Española (TVE), ha sufrido una transformación radical que ha dejado decepcionados a muchos espectadores. Originalmente lleno de promesas de innovación y espontaneidad, el formato ha adoptado un enfoque más tradicional y ha reducido su contenido a una serie de vídeos pregrabados, perdiendo la esencia de entretenimiento en vivo que caracterizaba al programa «Sálvame». La emisión de este lunes mostró a tres presentadores incómodos, rodeados de un set desaprovechado, mientras introducían una sucesión interminable de vídeos. La improvisación, una vez un componente clave, ha sido relegada a un par de momentos aislados, como cuando María Patiño intentó provocar algo de dinamismo al sentarse sobre la mesa.
Con cambios continuos en su estructura debido a las malas audiencias, el programa ha eliminado parte de su contenido original y ha sido sustituido por grabaciones de «El Cazador Stars» y «El club de La Promesa», una estrategia con la que TVE busca retener espectadores sin dañar a las exitosas telenovelas de la tarde. Mientras los índices de audiencia caen, los presentadores Inés Hernand, Aitor Albizua y María Patiño luchan por mantener el interés desde un estudio que ya no ofrece la calidez ni la interacción del pasado. La decisión de no incluir a colaboradores prometidos, como Rocío Carrasco, ha contribuido a la percepción de que el programa ha perdido su rumbo, dejando claro que lo que queda es un «show» sin esencia que intenta sobrevivir en un entorno televisivo cada vez más competitivo.
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