La concentración, un bien cada vez más escaso, se ha convertido en uno de los mayores desafíos de la era moderna. La capacidad de mantenerse enfocado es fundamental para la productividad, pero las crecientes distracciones han hecho que muchos vean mermada esta habilidad esencial. Sin la atención adecuada, las tareas se prolongan, los textos deben ser leídos repetidamente y el aprendizaje se vuelve menos eficiente.
Un informe titulado «Lost focus: The cost of distractions on productivity in the modern workplace» elaborado por la consultora laboral Insightful, revela datos alarmantes: el 92% de los empleadores han detectado una disminución en la capacidad de concentración de sus empleados. Además, el 79% de los empleados admite ser incapaz de mantener su atención en el trabajo por más de una hora cuando trabajan desde la oficina, y un 59% reduce aún más este umbral a apenas 30 minutos.
La intervención de la doctora Gloria Mark, investigadora de la Universidad de California, en el podcast de la American Psychological Association (APA), añadió más leña al fuego. Según Mark, autora del libro «Attention Span: A Groundbreaking Way to Restore Balance, Happiness and Productivity», la capacidad de atención promedio actual es de apenas 40 segundos. Sin embargo, Mark asegura que aunque se haya perdido parte de esa capacidad, es posible recuperarla a través del entrenamiento del cerebro y la adopción de hábitos organizativos.
Jack Kosakowski, un ejecutivo diagnosticado con TDAH (Trastorno de Déficit de Atención con Hiperactividad), ha compartido varias estrategias que le han ayudado a mejorar su concentración y aumentar su productividad. Sus recomendaciones han sido publicadas en Harvard Business Review y prometen ser una hoja de ruta para quienes buscan recuperar su enfoque en un mundo lleno de distracciones.
El primer consejo de Kosakowski es priorizar las tareas que más nos gustan. Al involucrarse en actividades que despiertan interés, es más fácil fortalecer el enfoque mental, facilitando luego la transición a tareas menos entretenidas. Además, mantener visibles las tareas pendientes, ya sea en una pizarra o cuaderno, ayuda a recordar y organizar las prioridades del día.
Una correcta organización del tiempo es clave. Kosakowski recomienda técnicas como la Regla 1-3-5 para distribuir las tareas a lo largo del día. Este método sugiere hacer una tarea grande, tres medianas y cinco pequeñas por jornada, comenzando con las que requieran mayor concentración por la mañana.
La estrategia de realizar tareas una por una parece obvia pero es crucial. El multitasking, o hacer varias tareas a la vez, es un veneno para la productividad. Un estudio de la Universidad de Stanford reveló que intentar realizar múltiples tareas simultáneamente puede reducir la productividad en un 40%.
Para mantener el enfoque, también es vital eliminar cualquier foco de distracción del área de trabajo, especialmente las notificaciones de smartphones y computadoras. Kosakowski sugiere crear un entorno de trabajo propicio para la concentración.
En casos de TDAH, contar con un «compañero de batallas» puede ser de gran ayuda. Este apoyo externo puede asistir en mantener el enfoque y recordar las prioridades. Adicionalmente, prácticas como la meditación y el mindfulness son herramientas poderosas para entrenar el cerebro y mejorar la atención. Existen numerosas aplicaciones y recursos en línea que facilitan la integración de estas prácticas en la rutina diaria.
Finalmente, establecer límites claros entre el tiempo de trabajo y el tiempo personal permite al cerebro recuperarse, aumentando la concentración durante las horas laborales. Comunicar estos límites a familiares y compañeros de trabajo también es importante para minimizar interrupciones.
La adopción de estas estrategias busca restaurar una capacidad de concentración que parece haberse perdido en el torbellino de distracciones de la vida moderna, ayudando a mejorar no solo la productividad, sino también el bienestar general.