Huiyao Wang, presidente del Centro para China y la Globalización (CCG), ofrece una perspectiva desde Pekín sobre el papel de China en la economía global, destacando que el país no busca intencionalmente ser la principal economía mundial, aunque podría lograr esa posición en 10 o 15 años. Con el 70% de la infraestructura 5G mundial y una vasta red de alta velocidad ferroviaria, China se perfila como un gigante económico con una creciente influencia global. Wang subraya la interacción e integración del país asiático con la economía mundial, siendo el principal socio comercial de 140 países, y su papel protagónico en organizaciones como los BRICS y la «Nueva Ruta de la Seda». Esta expansión económica se realiza en un contexto donde el modelo chino diverge del occidental, enfocándose más en el desarrollo económico que en alianzas militares, como las de Estados Unidos.
En este contexto global polarizado, Wang advierte sobre un posible conflicto global y aboga por la cooperación entre China y entidades como la UE. A pesar de las tensiones políticas, ve oportunidades significativas para que China colabore con figuras como Trump, a quienes percibe como más propensos a hacer negocios. Ante un sistema internacional que no refleje adecuadamente el peso económico de China, Wang argumenta por una revisión que contemple estos cambios. El modelo chino, según él, combina el mercado con la meritocracia, lo cual considera una forma de democracia adaptada a su contexto cultural. A pesar de las críticas, Wang sostiene que la cultura china basada en la autoridad y el crecimiento económico sostenido mantiene la estabilidad social y legitima el modelo gubernamental vigente.
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