La capital pacense ha vivido una jornada sofocante con temperaturas que han superado los 43 grados, generando una oleada de problemas relacionados con el calor extremo. En respuesta, los bomberos han recibido cursos intensivos para enfrentar posibles síncopes por las altas temperaturas, preparándose para emergencias potencialmente peligrosas en una ciudad habituada al calor pero no a estas extremas condiciones. Las autoridades han advertido sobre los riesgos para la salud de los ciudadanos, especialmente para los más vulnerables. Mientras tanto, las piscinas han visto un incremento del 20% en su aforo, convirtiéndose en uno de los pocos lugares donde la población encuentra alivio ante el intenso calor.
Paralelamente, la policía local se enfrenta a un problema acuciante con la búsqueda de un pirómano responsable de nueve incendios en los últimos días. La situación ha generado una gran preocupación entre los residentes, quienes temen por su seguridad y la integridad de sus propiedades. Las investigaciones avanzan con premura, pero el calor denso y la falta de pistas concretas complican la labor de las fuerzas del orden. En medio de este escenario, las autoridades municipales redoblan esfuerzos, instando a la población a extremar precauciones y reportar cualquier actividad sospechosa, mientras se espera que las condiciones climáticas mejoren en los próximos días.
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