La comunidad Miccosukee de Florida ha obtenido una importante victoria judicial al lograr que un tribunal federal ordene desmantelar el centro de detención de inmigrantes conocido como Alligator Alcatraz, situado en las inmediaciones de su territorio en los Everglades. Este centro, criticado por las deplorables condiciones de sus instalaciones, ha sido objeto de una demanda interpuesta por la tribu junto a grupos ambientalistas, argumentando que su existencia representa un daño irreparable al frágil ecosistema que constituye no solo su hogar, sino un lugar sagrado para ellos. La jueza federal Kathleen Williams dictaminó que este entorno es vital para la identidad de los Miccosukee, subrayando el impacto negativo que el centro tendría sobre el hábitat natural y las especies en peligro de extinción.
A pesar de este fallo, el gobernador de Florida, Ron DeSantis, ha manifestado su intención de cuestionar la decisión, defendiendo la continuidad de Alligator Alcatraz. Sin embargo, para los Miccosukee, esta resolución representa una continuación de su histórica defensa del territorio que data del siglo XIX, cuando sus antepasados encontraron refugio en los pantanos de los Everglades para evitar ser desplazados. La comunidad sigue comprometida con la conservación del ecosistema, cuya alteración a lo largo de los años por la urbanización y la agricultura ha sido constante. Liderando estos esfuerzos con un fuerte sentido de pertenencia cultural, la tribu Miccosukee asegura su conexión permanente con estas tierras.
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