El expresidente del Gobierno español, Felipe González, ha declarado públicamente que no votará por el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) en las próximas elecciones generales. Durante una entrevista en Onda Cero, González hizo evidente su desacuerdo con la ley de amnistía, calificándola de «barrabasada» y acusando al partido de participar en lo que él describe como un «acto de corrupción política». González agregó que esta medida representa una «autoamnistía» de un grupo que se rehúsa a aceptar las reglas del Estado de derecho, marcando un claro distanciamiento de la línea política que está tomando su partido.
Además, el exmandatario enfatizó que su decisión de no apoyar al PSOE no significa que otorgará su voto al Partido Popular (PP), ya que considera que este partido no ofrece un proyecto de país definido. La postura de González refleja una fractura significativa con el partido que lideró durante años, subrayando un debate interno sobre la dirección del PSOE y su política hacia la amnistía. Esta declaración se suma a un clima político ya polarizado en España, en el que las decisiones en torno a la ley de amnistía son objeto de intenso escrutinio y controversia.
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