En un enérgico reproche, Sol ha señalado la «falta de control y planificación» del Ejecutivo, al que acusa de ser cómplice en el recorrido que las mafias realizan sin cesar. Sol denuncia la falta de medidas eficaces por parte del Gobierno, quien, asegura, se ha convertido en «el último transportista del itinerario» empleado por estas organizaciones delictivas. Este señalamiento pone de manifiesto la urgencia de una respuesta gubernamental más sólida y coherente para frenar el avance de las mafias que siguen operando con impunidad en el territorio.
La situación ha generado preocupación en varios sectores, que advierten sobre los riesgos asociados a esta inercia administrativa. La crítica se centra en la falta de un plan concreto que aborde los desafíos actuales y gestione adecuadamente el flujo delictivo que transita por el país. La acusación de Sol llama a repensar las estrategias de seguridad y coordinación entre las diferentes ramas del Gobierno, instando a una acción rápida para contrarrestar el papel inadvertido del Estado como facilitador de estas rutas ilegales.
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