La Comisión Europea está preparando un nuevo marco regulador para los servicios en la nube y la inteligencia artificial que ha generado preocupación entre las grandes tecnológicas y las asociaciones del sector. Estas entidades temen que la nueva definición de soberanía digital acabe excluyendo a proveedores no europeos, en particular a estadounidenses. Este temor se refleja en las más de 130 contribuciones recibidas, mayormente de Alemania, España y Bélgica, durante la consulta pública que finaliza esta semana.
El objetivo de la Comisión es remediar la escasez de ofertas de servicios cloud europeos a gran escala, esenciales para casos críticos y con altas exigencias de seguridad en los sectores público y privado. Actualmente, la dependencia de empresas como Google, Microsoft y AWS es casi estructural para las compañías europeas, lo que preocupa a Bruselas, que busca reposicionar a Europa como un líder industrial en esta era tecnológica.
La patronal digital alemana Bitkom recomienda que el concepto de soberanía no se traduzca en la imposición de barreras, sino que potencie la libertad de elección y la diversificación. Microsoft comparte esta postura, advirtiendo que las políticas restrictivas podrían ser contraproducentes. La BSA, organización internacional de empresas de software, alerta que una regulación estricta podría limitar la capacidad de los clientes europeos para elegir servicios adecuados.
David Carrero, de la empresa española Stackscale, sostiene que el debate debe centrarse en priorizar la soberanía tecnológica real, garantizando que los datos críticos permanezcan en suelo europeo. Carrero apuesta por modelos híbridos que combinen ventajas globales sin comprometer el control europeo sobre datos estratégicos.
La postura alemana, representada por el grupo Eco, aboga por medidas transparentes y equitativas que no discriminen por ubicación geográfica. En tanto, Microsoft ha reafirmado su compromiso con la protección de datos europeos, prometiendo enfrentar legalmente cualquier acceso gubernamental indebido.
La geopolítica se suma a esta complejidad. La presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, ha insinuado posibles aranceles a los servicios estadounidenses si las negociaciones comerciales fracasan. Ante esta posible escalada, Microsoft se posiciona como un agente conciliador.
En este panorama, Europa debe equilibrar la soberanía tecnológica con la apertura y colaboración internacional, evitando que la autonomía restrinja la innovación y el acceso a servicios esenciales para su futuro digital.
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