Madrid, 20 de marzo de 2025. La Inteligencia Artificial sigue ganando terreno en el ámbito laboral, revolucionando la forma en que las empresas operan a nivel global. De acuerdo con un informe reciente de IDC, titulado «Planning for the Future: The Importance of Equipping Your Workforce with AI PCs», las organizaciones que no incorporen esta tecnología en sus prácticas corren el riesgo de quedarse rezagadas en un entorno cada vez más competitivo. Este estudio, patrocinado por AMD, hace hincapié en que los ordenadores personales (PC) equipados con capacidades de IA serán clave para impulsar eficiencia, productividad e innovación en los próximos años.
En la actualidad, los PC con IA constituyen apenas el 5,5% de los envíos comerciales a nivel mundial, pero se proyecta que esta cifra escalará al 93,9% para 2028. Este repunte coincide con el fin del soporte de Windows 10 en octubre de 2025, un factor que impulsará a muchas empresas a la inevitable actualización de sus equipos informáticos.
Un PC con IA, según IDC, es un dispositivo que integra un procesador con una CPU, GPU y una unidad de procesamiento neuronal (NPU), el cual está diseñado para manejar cargas de trabajo de IA eficientemente. Este diseño libera recursos del procesador y la tarjeta gráfica para desempeñar otras tareas, permitiendo así realizar procesos de IA como traducciones y videollamadas con desenfoque de fondo sin necesidad de conexión al cloud, lo que no solo disminuye la latencia sino que también mejora la privacidad.
Con tales avances, Microsoft ha etiquetado a los dispositivos con NPUs de al menos 40 TOPS, 16 GB de RAM y 256 GB de SSD bajo la categoría «Copilot+ PC», equipados con funciones avanzadas como generación de imágenes mediante IA o traducción de audio en tiempo real.
Aunque la adquisición de PCs con IA podría representar una inversión más elevada inicialmente, el informe de IDC subraya que el ahorro a largo plazo es impresionante. Al reducir la dependencia de servicios en la nube, los costes por usuario disminuyen y se mejora la seguridad al mantener los datos localmente. Además, estos dispositivos, al adaptarse a los hábitos de los empleados, optimizan los flujos de trabajo y potencian el rendimiento laboral.
Tom Mainelli, vicepresidente del grupo de investigación de dispositivos en IDC, destaca que esta tecnología no solo optimizará las labores rutinarias, sino que también liberará tiempo para proyectos más estratégicos y de mayor valor.
El auge en la demanda de estas máquinas será impulsado por el aumento de los costes de servicios cloud, el elevado consumo energético de los grandes centros de datos —que podría llegar a los 146,2 TWh en 2027— y la búsqueda de un entorno computacional más sostenible. Descentralizar las cargas de trabajo hacia el usuario final se presenta como una solución viable y eficiente.
Por lo tanto, IDC aconseja a los responsables tecnológicos de las empresas no postergar la transición hacia PCs con IA. Es vital identificar cuáles perfiles dentro de la organización se beneficiarán inicialmente de estas capacidades y qué aplicaciones migrarán primero a estos entornos avanzados. Es crucial mantener un diálogo constante con proveedores de hardware, software y fabricantes de chips para elegir adecuadamente los dispositivos que mejor respondan a las necesidades actuales y futuras.
Las previsiones indican que, solo durante 2024, los envíos de PC con IA ascenderán a 24,4 millones de unidades. En un ecosistema donde la IA está cada vez más integrada en las aplicaciones empresariales, posponer esta transición podría limitar la capacidad competitiva de las empresas en un mercado exigente y en continua evolución.
El mensaje es contundente: la era de los PCs con IA ha llegado, y las decisiones que se tomen en el presente determinarán la productividad y competitividad de las empresas en el próximo decenio.
