En el actual panorama social en transformación, España se destaca como líder europeo en embarazos de mujeres de edad materna avanzada, aquellas que superan los 35 años. Esta tendencia ha encendido las alarmas de especialistas en fertilidad, como la doctora Estefanía Rodríguez, jefa de la Unidad de Reproducción Asistida del Hospital de Día Quirónsalud Donostia, quien subraya la relevancia de planificar la reproducción de manera adecuada. Rodríguez advierte que, a medida que se retrasa el intento de concebir, la calidad de los óvulos disminuye y se incrementan los riesgos de alteraciones genéticas.
La sofisticación en técnicas de reproducción asistida ha brindado a las mujeres una herramienta poderosa para ejercer control sobre su maternidad. En particular, la vitrificación de óvulos se ha posicionado como una tecnología clave, permitiendo a las mujeres conservar sus óvulos para el momento que consideren adecuado para ser madres, adaptándose a sus trayectorias personales, laborales y académicas. Esta solución se ha vuelto particularmente atractiva para aquellas que deciden postergar la maternidad.
Rodríguez explica que la edad ideal para optar por este procedimiento es antes de los 35 años, debido a que la calidad y cantidad de óvulos son óptimas en esa etapa. El proceso consiste en una estimulación ovárica seguida de la extracción de varios óvulos bajo anestesia, que luego son congelados hasta su uso.
El avance de la reproducción asistida es notorio desde el nacimiento de la primera ‘niña probeta’ en España hace más de cuatro décadas. Hoy en día, la extracción de óvulos es mucho más sencilla y rápida, revirtiendo mejoras significativas en las tasas de éxito gracias a innovaciones en los laboratorios.
En paralelo, la donación de óvulos emerge como una alternativa sólida para aquellas cuyas propias reservas ováricas no son viables. Mujeres menores de 34 años pueden donar óvulos tras un proceso de estimulación ovárica similar, destinado a tratamientos de asistencia reproductiva. Las expectativas de éxito en estos casos son elevadas, con tasas entre un 60% y 70% por intento, y hasta un 90% después de dos o tres intentos.
Para convertirse en donante, se requiere cumplir con ciertos criterios, como ser menor de 34 años y pasar evaluaciones médicas y psicológicas. El procedimiento, de alrededor de dos semanas de duración, permite a las donantes retomar su rutina diaria poco después de la extracción.
La doctora Rodríguez insta a las mujeres que, aunque no estén listas para la maternidad en el presente, desean ser madres en el futuro, a evaluar su fertilidad. El estudio de la reserva ovárica ofrece datos valiosos para tomar decisiones sobre la maternidad, permitiéndoles planificar con conocimiento de causa sobre el momento idóneo para empezar una familia.