En 2020, Luisa Wilson San Román escribió su nombre en la historia del deporte mexicano al obtener una medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Invierno Juveniles, siendo la primera mexicana en alcanzar tal hazaña. Además, su inclusión en la lista Forbes de las cien mujeres poderosas en el mismo año resalta su liderazgo y tenacidad, no solo en el hockey sobre hielo sino también en el rugby, disciplina en la que actualmente se desempeña como jugadora de la selección mexicana de rugby femenino 7’s. La historia de Wilson es testimonio de un cambio de paradigma en las narrativas sobre el papel de las mujeres en el deporte mexicano, en un país donde la participación femenina en actividades físicas sigue siendo significativamente menor que la masculina, aunque esta brecha se ha reducido en la última década.
Iniciativas como el programa DestElla de Iberdrola México están jugando un papel crucial al fomentar la participación femenina en el deporte, brindando herramientas y apoyo para que las mujeres puedan desarrollar su talento en un entorno más equitativo. Erika Fernández, coordinadora de la Fundación Iberdrola México, destaca la importancia de promover el deporte femenino para garantizar igualdad de oportunidades y visibilizar el talento de las mujeres. A través de programas como DestElla, que ya ha beneficiado a más de 3,100 personas en su primer medio año, y el apoyo de figuras clave como Karina Landeros y Daniela Rosales de la Federación Mexicana de Rugby, se busca cambiar la narrativa en un deporte históricamente masculino como el rugby, creando lazos y valores que trascienden el campo de juego y construyendo un futuro más inclusivo y prometedor para las deportistas mexicanas.
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