La infanta Cristina inicia una nueva etapa de su vida, mudándose de Ginebra a Barcelona, como informa la revista Lecturas. La hija del rey emérito ha adquirido un apartamento por 2 millones de euros, financiado con una hipoteca a 15 años. Este nuevo hogar tiene un profundo significado personal para Cristina, ya que se trata de la misma residencia en la que compartió momentos felices con su exmarido, Iñaki Urdangarin, ubicada en la avenida Pedralbes y con una extensión de 305 metros cuadrados. Esta transacción supone un regreso simbólico a un capítulo pasado y una reorganización de su vida en España, un país al que ha estado viajando con frecuencia por razones tanto personales como profesionales.
La decisión de mudarse parece estar también motivada por la necesidad de estar más cerca de sus hijos, tres de los cuales ahora viven en Zarzuela con su abuela, la reina Sofía. Esta proximidad familiar es un factor clave en esta mudanza, marcando un significativo reajuste en la vida de la infanta. Si bien surgieron interrogantes sobre la naturaleza de la compra de la vivienda, especulando si podría tratarse de una recompra a través de una sociedad, lo cierto es que Cristina inicia esta fase con la firme intención de establecer su vida en la ciudad catalana, dejando atrás su residencia en Suiza.
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