El Mundial de Clubes ha sido escenario de un emotivo homenaje en memoria de Diogo Jota y su hermano André Silva, quienes fallecieron en un trágico accidente de tráfico en Zamora. Antes del partido entre Fluminense y Al Hilal, se guardó un minuto de silencio que conmovió a jugadores y aficionados. Entre los presentes, Rubén Neves y Joao Cancelo, amigos cercanos de Jota, no pudieron contener las lágrimas mientras el estadio recordaba a los dos deportistas, proyectando imágenes de ellos en las pantallas, lo que acentuó la sensación de pérdida compartida en el ambiente.
Aunque actualmente se encuentran compitiendo en el torneo en Estados Unidos, Neves y Cancelo no pudieron asistir a la despedida masiva que tuvo lugar en la Iglesia Matriz de Gondomar, donde cientos de personas se congregaron para rendir homenaje a los futbolistas. Tras un velatorio privado con familiares, el funeral está programado para este sábado, con la ceremonia oficiada por el obispo de Oporto y posterior entierro en el cementerio contiguo. La tragedia ha dejado huella no solo en el ámbito deportivo, sino también en la comunidad que se unió para dar el último adiós a dos figuras queridas.
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