Este martes, en Montevideo, Uruguay, se llevaron a cabo las ceremonias fúnebres en honor al expresidente José Mujica. La guardia de honor trasladó su ataúd por el Palacio Legislativo, en medio de las emociones de los ciudadanos que se congregaron para despedir a uno de los líderes más carismáticos del país. Las exequias contaron con la presencia de varias personalidades internacionales, entre ellas los mandatarios Luiz Inácio Lula da Silva y Gabriel Boric, quienes destacaron el legado de Mujica. Las autoridades han confirmado que sus restos serán incinerados y sus cenizas esparcidas en su hogar de campo, ubicado en las afueras de la capital uruguaya.
El segundo día de homenaje a Mujica fue documentado en imágenes que reflejan el respeto y admiración por su figura, recordada por su humildad y servicio incondicional al pueblo uruguayo. En palabras de Lula, «una persona como ‘Pepe’ no muere», resaltando su impacto duradero en la política de la región. La partida de Mujica no solo marca el cierre de una era para Uruguay, sino que también deja una huella indeleble en toda América Latina. La solemnidad del acto en Montevideo subraya el profundo luto y orgullo de una nación que recuerda al hombre que lideró con sencillez y humanidad.
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