Pamplona se viste de blanco y rojo para recibir las celebraciones de San Fermín, el evento más esperado del norte de España. Miles de visitantes y locales se congregaron en la céntrica Plaza del Ayuntamiento para presenciar el tradicional lanzamiento del «chupinazo», un cohete que marca el inicio oficial de las festividades. La ciudad se transforma en un escenario vibrante, lleno de música, baile y alegría desbordante, mientras las calles se llenan de una multitud emocionada que vive intensamente cada instante de la celebración.
Durante nueve días, Pamplona se convierte en el epicentro de una serie de actividades que incluyen los infames encierros de toros, conciertos, desfiles y numerosas fiestas. Los encierros, origen de emoción y adrenalina, se han convertido en un símbolo de las festividades, atrayendo tanto a corredores valientes como a curiosos espectadores de todo el mundo. La seguridad y la organización son prioritarias, con fuerzas de seguridad y voluntarios trabajando incansablemente para garantizar que todo transcurra sin incidentes. En esencia, San Fermín es una mezcla de tradición, cultura y diversión que deja una huella permanente en todos aquellos que la experimentan.
Leer noticia completa en El Mundo.