Richard Grenell, el enviado especial del presidente estadounidense Donald Trump, ha cumplido una misión diplomática en Caracas que ha resultado en la liberación de seis ciudadanos estadounidenses que estaban retenidos por el régimen de Nicolás Maduro. Tras su reunión con el narcodictador en el Palacio de Miraflores, Grenell regresó a Estados Unidos con los seis rehenes liberados. Donald Trump, quien confirmó personalmente la noticia, elogió los esfuerzos del enviado especial en redes sociales, asegurando que los ciudadanos americanos liberados expresaron su profundo agradecimiento al presidente. La misión también incluyó la exigencia de que el régimen venezolano acepte la deportación de nacionales venezolanos considerados «criminales», como parte de las condiciones establecidas por la administración estadounidense.
A pesar del éxito en la liberación de los detenidos, el gobierno de Trump ha sido claro en que no habrá negociaciones en temas relacionados con el petróleo de Venezuela, reiterando que Estados Unidos no depende del crudo venezolano. Además, la Casa Blanca ha subrayado que este acercamiento no implica ningún reconocimiento de Maduro como líder legítimo del país, pues la administración actual sigue considerando al opositor Edmundo González como presidente electo, en línea con la postura adoptada por la administración del expresidente Joe Biden. Estas acciones refuerzan la presión internacional sobre el gobierno de Maduro y destacan las prioridades geopolíticas de Estados Unidos en la región.
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