En el pintoresco pueblo de Zubiri, Navarra, se encuentra una joya del arte culinario tradicional: Embutidos Arrieta. Esta empresa familiar ha sido un pilar en la elaboración de productos cárnicos de alta calidad durante más de cien años. Haritz Arrieta, el actual líder de la cuarta generación, se enorgullece de la herencia familiar y del próspero futuro que vislumbra para el negocio.
Con una historia que se remonta a más de un siglo, la empresa ha logrado mantenerse vigente adaptándose a las demandas actuales pero sin perder su esencia artesanal. Haritz explica que la clave de su éxito radica en su filosofía: utilizar materias primas de excelencia para mantener la integridad de la receta tradicional de su abuela. Optan por ingredientes naturales y evitan conservantes artificiales, como en su chistorra, que lleva solo pimentón, ajo y sal. Sus productos, elaborados y embutidos en tripa natural, son el resultado de un delicado equilibrio entre tradición y tecnología moderna. La carne procede principalmente de cerdos de raza Duroc criados en semilibertad, asegurando una calidad superior en el producto final.
Entre las delicias que ofrecen, la Chistorra de Navarra es su estrella, incluida en la denominación de origen, a lo que Haritz atribuye gran importancia. Otros productos notables son su relleno típico pamplonés, la morcilla con un toque de anís y canela y las salchichas frescas que fascinan a los más pequeños. Recientemente incursionaron en el mercado con cachopos, encontrados con una excelente recepción.
La mirada al futuro de Embutidos Arrieta no solo se centra en la expansión de su producción, ya que llevaron a cabo importantes reformas en sus instalaciones para crecer sin perder su enfoque artesanal. La creación de una tienda online representa otro paso en su adaptación a los nuevos hábitos de consumo. Haritz lo resume reflexionando sobre la necesidad de «estar al día» con los cambios en la sociedad.
La sostenibilidad es un componente crítico en su visión a largo plazo. Este año, la empresa instaló paneles solares para minimizar el impacto ambiental y reducir su dependencia energética, subrayando su compromiso ecológico.
Por su estratégica ubicación en la ruta del Camino de Santiago, muchos peregrinos visitan la empresa y degustan sus productos en el Bar Valentín. Este contacto ha generado un aumento en pedidos, extendiendo la popularidad de sus embutidos más allá de sus fronteras inmediatas.
Con el objetivo de expandir su presencia en todo el país, Embutidos Arrieta participó en el Salón Gourmet de Madrid, y planean volver para establecer alianzas con distribuidores en todas las provincias de España. Esta histórica empresa demuestra que se puede fusionar la tradición con las exigencias del mercado moderno, asegurando un espléndido futuro lleno de innovación y compromiso con el medioambiente.