Los elevados precios del alquiler en España están llevando a uno de cada tres jóvenes a optar por compartir vivienda, según los últimos informes del sector inmobiliario. La tendencia refleja un problema creciente donde los inquilinos deben destinar más del 35% de sus ingresos mensuales al pago de la renta, afectando principalmente a la población joven que busca su independencia. Esta situación económica precaria obliga a muchos a buscar alternativas viables para poder sobrellevar los gastos, optando por vivir con amigos o desconocidos para dividir los costes.
El fenómeno de compartir piso se está convirtiendo en una norma ante la imposibilidad de afrontar alquileres que no paran de aumentar en las principales ciudades como Madrid y Barcelona. Expertos del sector advierten que esta presión económica no solo afecta la capacidad de ahorro de los jóvenes, sino también su calidad de vida, al tener que renunciar a espacios personales y enfrentarse a problemas de convivencia. Las autoridades buscan medidas para regular el mercado del alquiler y facilitar la emancipación juvenil, aunque las soluciones definitivas parecen aún lejanas.
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