Este miércoles, se han revelado nuevos detalles del trágico incidente que tuvo lugar el martes en el aeropuerto de Bérgamo, Italia, donde Andrea Russo, un hombre de 35 años, fue succionado por el motor de un avión de la aerolínea Volotea mientras se disponía a despegar hacia Oviedo. La investigación apunta a un posible suicidio, ya que la víctima manejó un acceso poco seguro para llegar a la pista de aterrizaje. Antes de la tragedia, Russo había dejado su coche, un Fiat 500 de color naranja, con las llaves puestas frente a la terminal de llegadas, sugiriendo que había planeado su paso por la zona menos vigilada del aeropuerto.
Los testigos relatan cómo, tras eludir la seguridad, Russo irrumpió en la pista y corrió hacia el Airbus A319 de Volotea, que estaba en fase de retroceso con los motores en marcha. El suceso conmocionó a quienes lo presenciaron, y la operación del aeropuerto se detuvo durante casi seis horas mientras las autoridades investigaban el caso. La Fiscalía italiana está trabajando para desentrañar las circunstancias que rodearon la tragedia, incluyendo los antecedentes de la víctima, quien había enfrentado problemas de adicción en el pasado y era descrito por quienes lo conocían como alguien que luchaba por rehacer su vida.
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