Elon Musk, el visionario detrás de empresas innovadoras como Tesla y SpaceX, ha fijado su mirada en un futuro dominado por robots humanoides. Durante una reciente entrevista en X, anteriormente conocido como Twitter, Musk declaró que estos robots podrían convertirse en el «mayor producto de la historia». Tesla, su compañía insignia, apunta a producir entre 50,000 y 100,000 unidades de su robot humanoide Optimus para 2026, con la ambiciosa meta de aumentar la producción a 1 millón de unidades al año siguiente. Este esfuerzo pone de manifiesto la intención de Tesla de liderar la revolución en robótica humanoide, con el objetivo de automatizar desde industrias hasta hogares.
El robot Optimus, que vio la luz por primera vez en 2022, ha sido sometido a mejoras significativas en su segunda generación, revelada en 2024. Elaborado para ejecutar tareas repetitivas, peligrosas o simplemente monótonas, este autómata busca liberar a las personas de dichas actividades. Integrando sistemas de inteligencia artificial avanzada y habilidades de movimiento precisas, Optimus es capaz de caminar, manipular objetos y adaptarse a diversos entornos. De acuerdo con Musk, Optimus señala el inicio de un cambio social y económico profundo, donde los robots se convierten en protagonistas de la automatización de múltiples sectores.
La producción ambiciosa de los robots Optimus seguirá una trayectoria escalonada. En palabras del analista John Murphy, Tesla podría fabricar 1,000 unidades en 2025, cimentando el inicio de su producción comercial. Para 2026, la cifra aumentaría entre 50,000 y 100,000 robots, hasta alcanzar la significativa cifra de 1 millón en 2027. Este aumento de producción se beneficiará de la experiencia de Tesla en la fabricación a gran escala y su habilidad para optimizar costos.
La visión de Musk abarca no solo la fabricación masiva, sino también un cambio en el mercado laboral global. Previniendo un escenario en que podría haber cinco veces más robots que humanos, Musk estima la presencia de 30,000 millones de robots en el futuro. En este contexto, sugiere que, en lugar de un ingreso básico universal, el incremento de la productividad podría permitir un «ingreso alto universal», potenciado por la eficiencia económica derivada de la IA y la robótica.
El camino hacia esta transformación no es sencillo y presenta retos como el continuo desarrollo tecnológico, la expansión de la capacidad de producción y la consideración de impactos sociales y éticos. Además, hacer que los robots sean económicamente accesibles es fundamental para su adopción masiva, especialmente en áreas más allá de la industria.
La apuesta de Elon Musk por los robots Optimus podría representar un cambio de paradigma en la relación entre humanos y máquinas. Si Tesla logra sus objetivos, estos robots humanoides serían no solo un producto, sino una puerta de entrada a una nueva era tecnológica. Todo el mundo observa expectante cómo la ciencia ficción de antaño se convierte en la realidad palpable de hoy. Optimus, más que un robot, podría significar una evolución en la forma en que se entiende el trabajo y la productividad.