Elon Musk y Vivek Ramaswamy han anunciado un ambicioso proyecto para reducir en 500.000 millones de dólares el gasto público anual de Estados Unidos, tal y como expresaron en una columna en el Wall Street Journal. Ambos empresarios liderarán el Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE), un ente asesor que no formará parte del gabinete presidencial de Donald Trump, sino que funcionará de manera voluntaria con el objetivo de aumentar la eficiencia gubernamental. Su plan, que ha recibido críticas de economistas, quienes aseguran que no es viable sin recortar partidas que Trump ha prometido proteger, apunta a eliminar ciertos gastos no esenciales y que el Congreso no ha autorizado, como los asociados a la Corporación para la Radiodifusión Pública y Planned Parenthood.
A pesar de su determinación, hay escepticismo respecto a la viabilidad de estos recortes, dados los precedentes históricos como el intento fallido de Ronald Reagan para reducir el gasto público en los años 80. Los principales gastos del gobierno, como la Seguridad Social, Medicare y defensa, suman 6,7 billones de dólares, lo que hace difícil pensar en un ahorro de dos billones, una meta inicialmente planteada por Musk y Ramaswamy. Aunque identifican gastos redundantes y en «pagos erróneos», la magnitud del desafío sugiere que los ahorros podrían ser mínimos comparados con el total del presupuesto federal, indicando que el impacto real de sus recortes se revelará con el tiempo.
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