Elon Musk ha anunciado que reducirá significativamente su tiempo dedicado a las tareas gubernamentales para centrarse más en Tesla, algo que ha sido recibido con entusiasmo por los inversores de la compañía automovilística. El magnate había sido criticado por su implicación en el Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE) bajo la administración de Donald Trump, lo cual, según algunos analistas, ha perjudicado la imagen de Tesla y, como resultado, sus ventas han disminuido un 13% en el primer trimestre del año. Durante una reciente llamada con analistas, Musk aseguró que, a partir de mayo, su atención estará mayormente enfocada en Tesla, lo que provocó un repunte del 5% en el valor de las acciones de la empresa al cierre de la jornada bursátil.
El impacto del protagonismo político de Musk no solo se reflejó en las ventas, sino también en un declive del beneficio de Tesla, que cayó un 71% en el primer trimestre. Además de las pérdidas con criptoactivos, la compañía decidió no incluir estos efectos en el resultado ajustado, que también se desplomó un 39%. La reacción adversa del mercado se vio influida por protestas y manifestaciones, algunas de las cuales llevaron a incidentes violentos. Musk, por su parte, ha alegado sin ofrecer pruebas que los manifestantes están financiados fraudulentamente por el gobierno y reiteró su compromiso de luchar contra el despilfarro y fraude detectados por el DOGE. Aunque se espera que siga participando en tareas gubernamentales durante el mandato del presidente, Musk subrayó que su prioridad será la reconstrucción del éxito comercial de Tesla.
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