En un esfuerzo por mejorar la eficiencia y la comunicación interna, una empresa ha implementado una política que exige a sus empleados responder a un correo electrónico cada semana, detallando los proyectos y tareas que han realizado en los últimos siete días. Este nuevo protocolo busca ofrecer un panorama más claro del rendimiento individual de los trabajadores, así como del progreso general de los equipos en cada área de la organización. La medida surge en el contexto de un entorno laboral cada vez más digitalizado y busca asegurar una mayor responsabilidad y transparencia en todos los niveles de la compañía.
Los críticos de la iniciativa sostienen que podría añadir presión adicional a los empleados, quienes ya deben lidiar con una carga laboral significativa. No obstante, la dirección de la empresa sostiene que esta práctica mejorará la gestión del tiempo y los recursos, permitiendo a los gerentes identificar rápidamente obstáculos y áreas que requieren soporte o ajustes estratégicos. Este sistema no solo permitirá una revisión más eficiente de los logros semanales, sino que también facilitará la planificación futura al identificar patrones de éxito y áreas que necesitan mejoras continuas.
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