Elon Musk, el magnate conocido por su liderazgo en empresas como X y Starlink, ha captado la atención del alcalde polaco Piotr Bujak, quien le ha propuesto transformar el castillo de Głogówek en su cuartel general europeo. Esta pintoresca localidad de solo 6,000 habitantes en el suroeste de Polonia se perfila como una opción atractiva por su ubicación estratégica entre aeropuertos y su proximidad a diversas capitales europeas. Bujak ha destacado el valor cultural e histórico del castillo, un inmueble municipal que data del siglo XI y que ha sido testigo del paso de figuras históricas como el rey Jan Kazimierz y Ludwig van Beethoven. Sin embargo, la deteriorada construcción requiere una inversión considerable de alrededor de 23.5 millones de euros para su rehabilitación, una suma que la municipalidad no puede costear, pero que para Musk representa un mínimo comparado con su enorme fortuna.
A pesar de la llamativa propuesta, Musk aún no ha respondido al ofrecimiento del alcalde, aunque su reciente elogio a Polonia en redes sugiere un interés en la región. Mientras la mirada del millonario está puesta en Europa, su participación en movimientos políticos, como el apoyo a Alternativa para Alemania (AfD), ha generado inquietud entre líderes europeos, incluyendo al primer ministro polaco Donald Tusk. Éstos temen que el impacto de Musk sobre la política pueda extenderse también a Polonia, donde las elecciones presidenciales se vislumbran cruciales. Ante estas circunstancias, figura un delicado equilibrio en el que Polonia da la bienvenida a Musk como un potencial inversor, pero duda ante su posible influencia en asuntos electorales.
Leer noticia completa de Internacional en El Independiente.