Elon Musk ha accedido a pagar diez millones de dólares al expresidente estadounidense Donald Trump para resolver una prolongada disputa legal que tenía con la plataforma X, anteriormente conocida como Twitter. La controversia surgió en 2021 cuando Trump fue expulsado de la red social tras el asalto al Capitolio. Esta medida fue adoptada por las plataformas Twitter, Facebook y YouTube debido al riesgo de incitar a más violencia, una decisión que Trump interpretó como un atentado contra la Primera Enmienda sobre libertad de expresión. Aunque un juez desestimó inicialmente la demanda del exmandatario contra Twitter, este continuó con su apelación. Tras la compra de Twitter por parte de Musk en 2022, y su posterior restauración de la cuenta de Trump, se ha alcanzado finalmente un acuerdo financiero que pretende cerrar este capítulo de enfrentamientos legales.
Simultáneamente, Trump ha asegurado otro acuerdo similar con Facebook, que le pagará 25 millones de dólares por suspender su cuenta. Además, sus abogados están en negociaciones con Google respecto a la suspensión en YouTube. Este desenlace se da en un contexto donde Musk ha disminuido la relación con Trump, colaborando en la reducción del gasto público desde el departamento de Eficiencia Gubernamental tras el inicio del segundo mandato del republicano el pasado enero. A pesar de estos acuerdos, Trump ha mantenido inactiva su cuenta de Twitter, optando por su propia red social, Truth Social, reflejando cómo las acciones de las grandes tecnológicas durante las tensiones políticas posteriores a las elecciones de 2020 siguen generando repercusiones importantes.
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