El 5 de noviembre se llevarán a cabo las elecciones presidenciales en Estados Unidos, donde también se renovará la Cámara de Representantes y un tercio del Senado. Este año, la contienda está reñida entre la actual vicepresidenta Kamala Harris, representante del Partido Demócrata, y el ex presidente Donald Trump, candidato del Partido Republicano. El presidente Joe Biden, inicialmente candidato, se vio forzado a renunciar tras un deterioro cognitivo evidenciado en un debate contra Trump, lo cual generó una guerra interna en el Partido Demócrata. Trump también enfrentó dificultades, siendo víctima de dos atentados en julio y septiembre. Las convenciones de ambos partidos destacaron por distintas razones: los republicanos mostraron una gran unidad en Milwaukee tras el atentado a Trump, mientras que los demócratas vivieron momentos de controversia en Chicago, donde Harris fue oficialmente proclamada candidata tras la renuncia obligada de Biden.
El proceso electoral en Estados Unidos incluye varias etapas, iniciando con las primarias y caucus dentro de los partidos, que se realizan entre enero y julio. Las convenciones se celebran entre julio y septiembre, seguidas de los debates en septiembre y octubre, que son cruciales para la campaña. Las elecciones presidenciales se llevan a cabo el primer martes después del primer lunes de noviembre, y el presidente toma posesión el 20 de enero. El ganador se decide mediante el Colegio Electoral, un sistema en el que 538 electores, representando a los estados según su población, votan por el presidente. Un candidato necesita al menos 270 votos electorales para ganar. Este mecanismo garantiza que estados fundamentales y de alta población, como California, Texas y Pensilvania, tengan un peso significativo en la elección.
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