El próximo 4 de noviembre, California celebrará una elección especial en la cual los votantes decidirán sobre la Propuesta 50, una iniciativa clave impulsada por el gobernador demócrata Gavin Newsom para redibujar los mapas electorales del Estado, siguiendo una estrategia similar implementada por el gobierno republicano de Texas. La Propuesta 50, oficialmente denominada Ley de Respuesta al Fraude Electoral, permitiría a la Legislatura de California implementar nuevos distritos antes de las elecciones de medio mandato de 2026, manteniéndolos vigentes hasta el censo de 2030. El objetivo es contrarrestar los cambios de Texas que favorecen una mayor representación republicana en el Congreso. Aunque los partidarios demócratas argumentan que esta medida busca equilibrar el poder político, los opositores republicanos critican la propuesta como una «usurpación de poder» y un gasto innecesario en medio de problemas económicos.
El impacto potencial de la Propuesta 50 podría alterar significativamente el control de la Cámara de Representantes tras las elecciones de 2026, en un contexto donde el rediseño de los mapas electorales se ha convertido en una batalla política en todo Estados Unidos. La votación anticipada ha mostrado un alto nivel de participación, similar al de las elecciones presidenciales, con un 51% de las papeletas a favor de los demócratas. Sin embargo, la inclinación del electorado latino, considerado decisivo, sigue siendo incierta. Figuras como el senador Alex Padilla y la representante Alexandria Ocasio-Cortez han impulsado la campaña del «sí», mientras que los opositores destacan la crisis de asequibilidad como argumento principal. Según las encuestas, un 56% de votantes apoya la propuesta, pero la pugna en California simboliza un debate más amplio sobre el futuro de la representación política en el país.
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