En el ciclo electoral de 2024, Donald Trump ha cambiado el foco de su retórica antiinmigrante hacia los venezolanos, similar a cómo en 2016 había señalado a los mexicanos. Trump ha basado este enfoque en informes que destacan la presencia del Tren de Aragua, una banda criminal venezolana, en varias ciudades estadounidenses. Pese a la disminución de la inseguridad en Estados Unidos en el último año, el exmandatario insiste en afirmar que Venezuela ha exportado criminales al norte, obviando las cifras oficiales. Su discurso ha resonado con los llamados «magazolanos», venezolanos que apoyan a Trump desde estados clave como Florida, enfocados en su mensaje anticomunista, aunque este grupo es solo una parte de la variada comunidad venezolana en el país.
La población venezolana en Estados Unidos ha crecido notablemente, superando las 900,000 personas, siendo parte de un electorado cada vez más visible pero bifurcado en sus preferencias políticas. Aunque algunos sectores se inclinan hacia Trump, especialmente en Florida donde el votante venezolano americano fue clave para reducir la brecha en las elecciones de 2020, hay otros que permanecen fieles a los demócratas, aprovechando beneficios como el Estatus de Protección Temporal. La diáspora venezolana refleja un microcosmos de la polarización política interna de Estados Unidos, con figuras públicas manifestando posturas divididas y un electorado que valora tanto las acciones de protección migratoria de los demócratas como la retórica firme de Trump contra regímenes autoritarios en América Latina.
Leer noticia completa en El Pais.