Los bolivianos se alistan para acudir a las urnas el próximo domingo en una elección trascendental que definirá al nuevo presidente y renovará el Congreso del país. En un marco de profunda crisis económica, política y social, 7,9 millones de votantes decidirán entre ocho candidatos, en un proceso que podría culminar en una histórica segunda vuelta, la primera desde que fue establecida en 2009. Entre los principales contendientes se encuentran los derechistas Samuel Doria Medina, Jorge Quiroga, y Manfred Reyes Villa, así como el izquierdista Andrónico Rodríguez, quien busca captar el voto rural y de los indecisos, cuya incidencia puede superar el 30%. Las encuestas prevén un panorama reñido y la posibilidad de que un opositor asuma el poder por primera vez.
El Tribunal Supremo Electoral ha dispuesto que los votantes se identifiquen con su cédula de identidad, incluso si está vencida hasta por un año, y emitan dos votos en una papeleta única para la presidencia, vicepresidencia y diputados uninominales. Las mesas de sufragio operarán de 8.00 a 16.00, extendiéndose el tiempo si hay filas. La jornada estará bajo estrictas medidas de control vehicular, requiriendo permisos especiales, y regirá una ley seca desde el viernes hasta el lunes, prohibiendo la venta y consumo de alcohol. Además, se garantizará la circulación de personal electoral, fuerzas del orden y prensa, en un esfuerzo por mantener el orden y transparencia en tan crucial cita electoral.
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