El recién nombrado zar de la frontera por el presidente electo Donald Trump, Tom Homan, ha lanzado una clara advertencia a las ciudades santuario: Ha instado a los inmigrantes ilegales a que abandonen estas áreas, comúnmente localizadas en territorios gobernados por demócratas y conocidas por resistirse a colaborar con las autoridades de inmigración en la realización de redadas. La designación de Homan, quien ha sido uno de los críticos más severos de las políticas de frontera de la administración Biden, se dio a conocer a través de las redes sociales. Homan, con una trayectoria de tres décadas en las fuerzas del orden y experiencia bajo seis presidencias de Estados Unidos, ha sido encargado por Trump de supervisar todas las deportaciones de inmigrantes ilegales.
En su nuevo rol, Homan tendrá una vasta responsabilidad que incluye la supervisión de la frontera sur con México, la frontera norte con Canadá, y de la seguridad marítima y de aviación. Aunque su función no requiere confirmación del Senado, su impacto podría ser significativo dado el enfoque más agresivo hacia las deportaciones que ha manifestado. Homan, quien tiene experiencia como agente de la Patrulla Fronteriza y ha ejercido cargos de alta responsabilidad en el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) bajo diferentes administraciones, ya ha señalado que la nueva administración aumentará las deportaciones y no permitirá que las políticas de santuario ofrezcan protección a los inmigrantes ilegales. Esta postura refleja una continuidad con su pasado de abogar por una aplicación estricta de las leyes de inmigración.
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