En Estados Unidos, la campaña electoral de Kamala Harris ha desatado una controversia política alrededor del voto femenino, al enfocarse en el mensaje de que el voto es secreto y animar a las mujeres a votar según su conciencia personal. Este mensaje ha sido difundido a través de diversos medios, como notas en lugares públicos y un anuncio de televisión protagonizado por la actriz Julia Roberts. La campaña apunta a contrarrestar la influencia que algunos maridos podrían ejercer sobre las decisiones de votación de sus esposas, reflejando una estrategia para captar el voto de mujeres que, según la campaña, son más progresistas que sus parejas. Sin embargo, este planteamiento ha sido duramente criticado por figuras conservadoras como Charlie Kirk, quien califica la campaña de repulsiva y como muestra de la decadencia de los valores familiares tradicionales en el país.
Las respuestas ante esta campaña han provocado reacciones tanto de apoyo como de rechazo. Michelle Obama y la congresista Alexandria Ocasio-Cortez han defendido públicamente la confidencialidad del voto, destacando la importancia de que las mujeres sigan su propia conciencia en la cabina de votación. No obstante, líderes conservadores y comentaristas han arremetido contra la campaña, acusándola de instigar deshonestidad dentro de las familias. A pesar de la polémica, el movimiento detrás de estos mensajes sostiene que su objetivo es fomentar un voto libre de presiones externas, asegurando que muchas personas votan en secreto de manera diferente a lo que manifiestan públicamente, y subrayando la importancia de la autonomía personal en el proceso electoral.
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