El Valencia, un equipo que antaño dominaba el fútbol español, atraviesa ahora momentos difíciles, mientras el Villarreal se ha consolidado como una fuerza competitiva en la liga, incluso en la lucha por un lugar en la Champions. En un reciente enfrentamiento en Mestalla, el Valencia mostró nuevamente sus debilidades y falta de cohesión, lo que aprovechó el Villarreal para imponerse con un contundente 0-2. La hinchada valencianista, frustrada, vio cómo su equipo, falto de ritmo y precisión, fue desnudado por un Villarreal metódico y bien trabajado por Marcelino. A pesar de algunos destellos de peligro, un polémico penalti transformado por Gerard Moreno y un gol de Santi Comesaña bastaron para sellar la victoria del equipo visitante.
La situación del Valencia se refleja también en la fragilidad de sus decisiones, buscando en Arnaut Danjuma, exjugador del Villarreal, una esperanza que hasta ahora no ha rendido los frutos esperados. En la otra cara, el Villarreal muestra su fortaleza organizativa y táctica, con jugadores como Gerard Moreno y Nicolas Pépé ejecutando contragolpes letales. Mestalla, un estadio que albergó a 45.000 aficionados llenos de nostalgia durante un emotivo homenaje a las víctimas de una tragedia climática, presencia ahora el desmoronamiento de un equipo que duda hasta de su líder, Carlos Corberán. Mientras tanto, el Villarreal continúa su ascenso, reafirmando su posición como el nuevo gigante de la Comunidad Valenciana.
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