El líder opositor de Venezuela, Juan Guaidó, anunció la semana pasada su intención de retirarse de la política activa tras un periodo marcado por su tentativa de desafiar al gobierno del presidente Nicolás Maduro. Guaidó, quien fue reconocido por varios países como presidente interino, afirmó que su decisión obedece a la necesidad de renovar el liderazgo de la oposición venezolana y abrir paso a nuevas figuras que puedan continuar la lucha por la democracia en el país. Durante su discurso de despedida, destacó los logros obtenidos durante su gestión, pero también reconoció las limitaciones y desafios que enfrentó en un entorno político altamente polarizado.
Esta retirada ocurre en medio de un contexto internacional que ha comenzado a normalizar relaciones con el régimen de Maduro, lo que podría haber influido en la decisión de Guaidó. Expertos en política internacional sugieren que este movimiento del líder opositor refleja un intento de redefinir las tácticas de la oposición en un escenario donde las sanciones y el aislamiento ya no son los pilares centrales de la estrategia internacional hacia Venezuela. A pesar de los obstáculos, Guaidó se mostró optimista respecto al futuro del país y llamó a sus seguidores a mantener la esperanza y la presión por el cambio político a través de vías pacíficas y democráticas.
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