En el bullicioso ambiente culinario de San Sebastián, el chef vasco dirige con pasión su restaurante triestrellado en Lasarte, uno de los destacados del mundo. Mientras la mayoría disfruta del verano, su trabajo intensifica, dejando las esperadas vacaciones para el invierno. El prestigio de mantener tres estrellas Michelin demanda compromiso y dedicación, lo que significa horas extendidas en la cocina para garantizar la excelencia en cada plato que sirve.
Para desconectar del frenético ritmo de su profesión, el chef encuentra momentos de respiro en sus lugares favoritos cerca de casa. En su limitado tiempo libre, busca la tranquilidad en entornos naturales y disfruta de actividades que le permiten recargar energías. Aunque el descanso es breve, estos momentos son esenciales para mantener el equilibrio entre la presión de liderar un restaurante de renombre y la vida personal.
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