El papa Francisco realizó un gesto notable antes de su fallecimiento, al realizar una donación personal de 200.000 euros a favor de los presos, según informó el obispo Benoni Ambarus, director de la pastoral carcelaria y asuntos caritativos en Roma. Este gesto destaca como una de las últimas acciones del pontífice, quien destinaría el dinero a la fábrica de pasta del centro penitenciario para menores Casal del Marmo. Ambarus reveló que la intención detrás de esta contribución era aliviar la carga de una hipoteca existente, reducir los precios de la pasta y así aumentar las ventas para poder emplear a más jóvenes. El compromiso de Francisco con la situación de los reclusos fue una constante durante su papado, reflejando su preocupación por la dignidad de estas personas.
En el marco de sus esfuerzos constantes por apoyar a la población penitenciaria, el papa realizó su última visita oficial a la cárcel Regina Coeli en Roma durante el Jueves Santo, solo días antes de su muerte. Durante esta visita, reiteró su llamado a la atención mundial sobre la importancia de dignificar a los presos. Asimismo, en diciembre, inauguró el inicio del Jubileo o Año Santo abriendo una de las puertas santas en la cárcel de Rebibbia, enviando una clara señal de inclusión. Este acto fue entendido como una declaración inequívoca del enfoque del pontífice hacia la misericordia y el reconocimiento de derechos humanos para los encarcelados, subrayando su defensa activa durante sus más de doce años al frente de la Iglesia católica.
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