El auto judicial ha determinado que no procede la medida cautelar para suspender la carrera prevista en la capital, haciendo referencia específica a la cuestión del arbolado urbano. La decisión se fundamenta en la consideración de un «hipotético incumplimiento» relacionado con la gestión ambiental y el impacto sobre la vegetación local. De esta manera, el tribunal ha valorado que, aunque existe preocupación ciudadana por el impacto ecológico, no se han presentado pruebas contundentes que justifiquen una interrupción inmediata del evento deportivo.
Las autoridades locales, por su parte, han asegurado que se han tomado las medidas necesarias para minimizar el impacto sobre el entorno natural, y han prometido monitorear las condiciones del arbolado durante y después del evento. La comunidad está dividida respecto a esta resolución: algunos celebran la continuidad de la carrera, mientras que grupos ecologistas mantienen su preocupación por el posible daño ambiental. Este caso pone de relieve el debate entre promover eventos públicos y proteger los espacios verdes urbanos.
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