El Tribunal Supremo de Estados Unidos, en un fallo dividido, ha permitido a la Administración de Donald Trump continuar con la implementación de recortes por valor de 783 millones de dólares a los Institutos Nacionales de Salud (NIH), afectados especialmente en sus programas de investigación relacionados con la diversidad y la inclusión. La decisión, respaldada por una mayoría conservadora de cinco a cuatro jueces, revoca las medidas cautelares impuestas por un tribunal de distrito en Boston, que había aprobado una demanda presentada por 16 estados demócratas. Estos recortes se enmarcan en la política del gobierno de Trump de reducir fondos y apoyo a iniciativas centradas en la diversidad. Sin embargo, la Corte cuestionó la legalidad de las instrucciones gubernamentales sobre estos recortes, colocando una nube de incertidumbre sobre su implementación.
En otra decisión relacionada, el Supremo rechazó la solicitud del Departamento de Justicia de congelar el fallo del juez William Young, que había declarado ilegales las directrices de Trump sobre la anulación de financiamiento para investigaciones de inclusión, identidad de género y otros temas rechazados por la Administración. Esta movida sigue generando controversia y ha provocado un importante impacto en la comunidad científica, con numerosos centros de investigación forzados a despedir personal y cancelar proyectos esenciales en áreas críticas como la depresión, el cáncer de mama y el Alzheimer, que afectan especialmente a las minorías. La decisión ha planteado interrogantes sobre la continuidad de investigación vital y el compromiso de Estados Unidos con el avance científico y social.
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