Las comarcas de las Terres de l’Ebre, en el sur de Cataluña, amanecieron cubiertas de barro y escombros tras el impacto de la DANA «Alice». Este fenómeno meteorológico causó estragos durante el fin de semana, especialmente el domingo por la tarde, dejando a su paso desbordamientos de ríos y pueblos incomunicados. A pesar de las más de 1,700 llamadas de emergencia y numerosos rescates críticos, las autoridades reportan que no hubo víctimas personales. Ulldecona fue uno de los más afectados, con calles convertidas en ríos en Godall y la Ràpita. Alrededor de 2,000 vehículos quedaron atrapados en la AP7 en Freginals, y más de 1,000 personas necesitaron ser asistidas en refugios temporales.
Las autoridades continúan evaluando los daños materiales, que son de gran envergadura. Renfe suspendió los trenes entre Barcelona y Valencia, y el tráfico en la AP7 en Amposta fue interrumpido. Las clases fueron canceladas en Montsià y otras comarcas afectadas, además de las actividades en la Universitat Rovira Virgili. El presidente de la Generalitat, Salvador Illa, suspendió su agenda para visitar la zona y coordinar las labores de emergencia. Mientras tanto, la prioridad sigue siendo prevenir la movilidad y asegurar la integridad de los habitantes.
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