Los trabajadores del Banco Central Europeo (BCE) enfrentan una preocupante crisis de burnout, con casi el 40% al borde del síndrome y un 9% reportando pensamientos suicidas, según una encuesta de Ipso. A pesar de medidas para abordar la salud mental, empleados denuncian favoritismo, precariedad laboral y sueldos insuficientes frente a la inflación. La percepción de desigualdad en promociones y contrataciones, junto con recortes presupuestarios, incrementa el estrés y afecta la salud mental. Christine Lagarde enfrenta críticas por su gestión, con más del 50% de los empleados desaprobándola, exacerbando la crisis en una institución clave para Europa.
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