Madrid, 20 de septiembre de 2024. La actividad inspectora del Fisco español ha cobrado mayor relevancia en los últimos años, especialmente desde 2020, cuando los ingresos del control tributario alcanzaron los 17.274 millones de euros, a pesar de las restricciones derivadas del confinamiento y el teletrabajo de los empleados de la Agencia Tributaria. A pesar de estas adversidades, el órgano tributario logró una eficacia en la lucha contra el fraude que no ha podido replicar en los años posteriores.
Desde 2020, los ingresos obtenidos por la actividad inspectora no han superado nuevamente la barrera de los 17.000 millones de euros, registrándose 16.895,9 millones en 2021, 16.674,9 millones en 2022 y 16.708,1 millones en 2023, un descenso del 3,28% respecto a 2020. Según informes de Gestha, el sindicato de técnicos de Hacienda, esta disminución se atribuye, en parte, al incumplimiento de dos disposiciones clave de la ley de prevención del fraude fiscal de 2021. Esta normativa exigía al Gobierno contratar en seis meses a expertos para estimar la economía sumergida en España y planificar un aumento de la plantilla a la media de la UE, algo que aún no se ha concretado.
En este contexto, el sindicato ha calificado de «inexplicable» que la Agencia Tributaria no maximice el potencial de sus técnicos, quienes representan el 83,7% de los funcionarios del grupo A, y que vea limitadas sus competencias en la persecución de delitos fiscales. Esta restricción ha provocado una caída del 82% en las denuncias por delitos fiscales desde 2011 hasta 2022, dato que no ha sido actualizado en los resultados de 2023. Además, el importe de las cuotas defraudadas ha disminuido un 32,64% en el mismo periodo.
A pesar de estos desafíos, en 2023 la Agencia Tributaria llevó a cabo más de 29.600 actuaciones presenciales, conocidas como «peinados», enfocadas en sectores y ámbitos de riesgo fiscal. Dentro de estas actuaciones, se destacan más de 8.100 visitas del ‘Plan de Visitas IVA’ y casi 1.500 visitas complementarias en macrooperaciones sectoriales.
De los 16.708 millones de euros recaudados el año pasado, 466 millones correspondieron a cantidades recuperadas de la economía sumergida. Entre las herramientas utilizadas para mejorar la eficacia inspectora, resalta un nuevo mecanismo para detectar falsos no residentes con grandes patrimonios. Esta herramienta identificó a 136 contribuyentes que falsamente aseguraban no residir en España para evadir impuestos. Tras la regularización, estos contribuyentes aportaron 27,7 millones de euros a las arcas públicas.
La lucha contra el fraude fiscal sigue siendo una prioridad, pero la eficacia de la Agencia Tributaria se enfrenta a nuevos desafíos que requieren no solo de herramientas tecnológicas avanzadas, sino también del cumplimiento de disposiciones legales y una adecuada dotación de personal para mantenerse a la altura de las exigencias fiscales de la economía española.
Fuente: Gestha